Me han pedido que dedique una entrada sobre cómo podemos aprender a expresar nuestros sentimientos respetándonos, sin reproches ni protestas y alguna elfa había puesto en mi mochila el libro de Olga Castanyer, La Asertividad, Expresión de una Sana Autoestima. Espero que os sea de gran ayuda.
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'Igual de importante que es saber defenderse, demandar y reclamar, así también es de vital importancia el expresar sentimientos. Este tema cuesta a muchas más personas de las que se cree y aquel que lo haga estará demostrando que posee realmente una sana autoestima. En cualquier caso, se puede comenzar aplicando estos sencillos trucos que describimos a continuación. Muchas veces, el comprobar que estamos comportándonos bien hace que también nos vayamos sintiendo progresivamente mejor con nosotros mismos.
Si te cuesta expresar honestamente tus sentimientos, pueden serte útiles los siguientes puntos:
a) Acostúmbrate a formar frases que comiencen por: “quiero”, “me gusta”, “no me gusta”, “me siento”, etc. Trata de incluirlas en tu conversación habitual, hasta que ya no te resulte extraño utilizarlas.
b) Intenta comprobar el significado o los sentimientos que subyacen a los comentarios del otr@: ”¿Sentías que te criticaba cuando dije...?”
c) No dejes pasar situaciones confusas sin clarificarlas. Si algo te ha “mosqueado”, sorprendido, alarmado, etc., pide aclaración inmediatamente. Es más fácil expresar tu malestar en el momento, que si tienes tiempo para darle vueltas.
d) Acostúmbrate a utilizar frases reforzantes para el otro/a: si algo te ha gustado, házselo saber; si le aprecias, intenta comunicárselo. A veces es más difícil expresar frases positivas que negativas.
e) Como alternativa a estallar en ira ante una controversia, apréndete de memoria esta fórmula: “Estoy enfadado porque...Me gustaría que...”
f) Si te cuesta mucho expresar sentimientos, fíjate, mientras lo estés haciendo, en tu conducta externa: cómo modulas la voz, intentado hablar lentamente, cómo respirar (puedes realizar una inspiración profunda antes de comenzar cada frase, te saldrán más fácilmente las palabras).; qué postura adoptas y qué haces con tus manos, etc. Intenta mantenerte relajad@. El fijarte en tu conducta externa hace que no estés tan pendiente de lo que tienes que decir, y a la vez, que lo digas de forma más adecuada.
g) Una buena expresión de los propios sentimientos debería de incluir: tus necesidades, tus deseos, tus derechos y cómo repercuten las distintas situaciones en tí. No debería de incluir excesivos reproches, un deseo de herir y autocompasión. Estas últimas enmascaran tus sentimientos y hacen que la otra persona te entienda mal'.
a) Acostúmbrate a formar frases que comiencen por: “quiero”, “me gusta”, “no me gusta”, “me siento”, etc. Trata de incluirlas en tu conversación habitual, hasta que ya no te resulte extraño utilizarlas.
b) Intenta comprobar el significado o los sentimientos que subyacen a los comentarios del otr@: ”¿Sentías que te criticaba cuando dije...?”
c) No dejes pasar situaciones confusas sin clarificarlas. Si algo te ha “mosqueado”, sorprendido, alarmado, etc., pide aclaración inmediatamente. Es más fácil expresar tu malestar en el momento, que si tienes tiempo para darle vueltas.
d) Acostúmbrate a utilizar frases reforzantes para el otro/a: si algo te ha gustado, házselo saber; si le aprecias, intenta comunicárselo. A veces es más difícil expresar frases positivas que negativas.
e) Como alternativa a estallar en ira ante una controversia, apréndete de memoria esta fórmula: “Estoy enfadado porque...Me gustaría que...”
f) Si te cuesta mucho expresar sentimientos, fíjate, mientras lo estés haciendo, en tu conducta externa: cómo modulas la voz, intentado hablar lentamente, cómo respirar (puedes realizar una inspiración profunda antes de comenzar cada frase, te saldrán más fácilmente las palabras).; qué postura adoptas y qué haces con tus manos, etc. Intenta mantenerte relajad@. El fijarte en tu conducta externa hace que no estés tan pendiente de lo que tienes que decir, y a la vez, que lo digas de forma más adecuada.
g) Una buena expresión de los propios sentimientos debería de incluir: tus necesidades, tus deseos, tus derechos y cómo repercuten las distintas situaciones en tí. No debería de incluir excesivos reproches, un deseo de herir y autocompasión. Estas últimas enmascaran tus sentimientos y hacen que la otra persona te entienda mal'.
Un consejo que he leído esta semana para cualquier entorno:
"Cambiar la duda por pregunta,
cambiar la protesta por propuesta,
cambiar el reproche por reclamo".
¿Qué tal? ¿Qué ha resonado en tí? Tienes el poder de elegir cómo sentirte y salir del bucle que te desconcierta. Te animo a voces, muchísima energía para dar tu primer paso.
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